El reciente anuncio de la muerte del Comandante Chávez ha disparado no pocas especulaciones. La principal es ¿quién ocupará su lugar?, no en la presidencia, sino a nivel mundial.
Hugo Chávez, por su carácter, servía a los estrategas políticos del mundo como el coco para los electores ignorantes. Todas las campañas donde fue utilizada su figura crearon división.
México, con tanto anti-chavismo sembrado principalmente por el PAN, también ha sido dividido. Los desmarques de Andrés Manuel abonan a que ésta división esté mal-justificada.
La figura de Chávez, por sus características, lo hacían el mensajero de la revolución y el portador de la justicia. Nadie llenará ese hueco que tantos elogios recibió de sus iguales y personajes del arte y la farándula.
Sin Chávez, sin su figura, el bloque de América Latina será visto ahora como lo que es: un grupo de países en desarrollo gracias a las políticas que están implementando al interior, entre ellos y lo que pueden ofrecer al mundo. No por confrontar a la derecha. Sin revolución, lo que sigue es el pragmatismo.
-Latinoamérica y el mundo.
El único actor (literal) destacado de la política mexicana que ha atendido a América Latina y Venezuela desde sus elecciones (y ahora al grado de asistir al funeral de Chávez) es Peña. México es un país atractivo para América Latina en todos los aspectos y lo único que hacía falta para tener relaciones con ellos, era un interlocutor con disposición y es precisamente lo que EPN está haciendo.
Enrique Peña Nieto, famoso en Europa y EEUU por ir a ofrecer nuestro petróleo y famoso en Cuba por ser del PRI, partido que simpatizó con la revolución en ese país, en Colombia por ir a elogiarlos y copiar su modelo para combatir al Narco y en Guatemala, Panamá, etcétera, por haberlos escogido como los primeros destinos cuando aún no tomaba posesión.
Es de preguntarse si EPN va por algo más y hacer el bloque de Latinoamérica más grande, incluyendo a Colombia, Panamá, y Guatemala. No lo dudo.